La mística Isla de Drake, con más de 2 mil años de historia, está nuevamente en el mercado. Localizada en Plymouth, en la costa del condado de Devon, la isla de seis acres, equivalente a aproximadamente 24 mil metros cuadrados, ofrece más que vistas panorámicas y una playa privada. Según informes, la propiedad también viene acompañada de 15 fantasmas, supuestamente antiguos militares británicos, que aún «patrullan» el lugar, según reveló el actual propietario, Morgan Phillips. «Ellos están aquí para protegernos, como lo hicieron en vida», afirmó Phillips al diario The Independent.
Nombrada en honor al legendario navegante Sir Francis Drake, quien partió desde sus costas en 1577 para explorar el mundo, la isla cuenta con una rica herencia histórica. Ha servido como punto militar, albergando cañones del siglo XVIII, fortificaciones y una red de túneles subterráneos. La corta distancia de 500 metros del continente es fácilmente navegable en menos de 10 minutos en barco.
Vendida por última vez en 2019 por 6 millones de libras (aproximadamente 43,4 millones de reales al tipo de cambio actual), la isla ahora está valorada en impresionantes 25 millones de libras, o alrededor de 181 millones de reales. La propiedad incluye casi 2.800 metros cuadrados de construcciones desactivadas, muchas de ellas con estatus histórico. El actual propietario, Phillips, ya ha obtenido permiso para desarrollar un hotel con 43 habitaciones en la isla, un plan que ha comenzado a esbozar. «Es una de esas oportunidades raras en las que, con una visión audaz, puedes crear algo realmente extraordinario», comentó.
Además del potencial turístico, la Isla de Drake despierta curiosidad y fascinación debido a su peculiar «población» espectral. La combinación de una rica historia y leyendas sobrenaturales la convierte en un destino único, tanto para inversores como para aficionados a los misterios.
Esta fascinante porción de historia británica está ahora disponible para quienes se atrevan a explorar sus profundidades – y, posiblemente, encontrar algunos de sus antiguos «habitantes».
