El corazón artificial de titanio fue diseñado para sustituir los dos ventrículos en personas con insuficiencia cardíaca. Esta innovación revolucionaria representa un avance significativo en la medicina, fruto de una colaboración entre el Texas Heart Institute y BiVACOR, una empresa especializada en dispositivos de salud. El corazón artificial fue implantado con éxito en un paciente, marcando un paso importante en la búsqueda de soluciones para problemas cardíacos.
Los científicos de todo el mundo están continuamente en busca de avances que puedan beneficiar a la humanidad, enfrentando desafíos y explorando nuevas fronteras de la ciencia. En este caso, el corazón artificial de titanio sirve como una alternativa temporal para pacientes con insuficiencia cardíaca biventricular grave o univentricular.
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Como explicó Alexis Shafii, director quirúrgico de trasplante cardíaco en el Baylor St. Luke’s Medical Center, el procedimiento se realizó según lo previsto, sin complicaciones. El dispositivo demostró un rendimiento clínico excepcional. Joseph Rogers, presidente y CEO del Texas Heart Institute, destacó que la insuficiencia cardíaca sigue siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. El corazón artificial de BiVACOR ofrece una nueva esperanza para los pacientes que esperan un trasplante de corazón.
El éxito de este implante inicial abre camino para que otros cuatro pacientes participen en el estudio. El equipo médico enfatizó el potencial de las tecnologías innovadoras para enfrentar los desafíos en el tratamiento cardíaco, como las largas listas de espera para trasplantes.
El corazón artificial utiliza una bomba de desplazamiento de volumen con diafragmas de polímero flexibles para bombear la sangre, funcionando como una bomba de sangre rotativa electromecánica. Según el sitio web de BiVACOR, el diseño innovador cuenta con una construcción simple: un motor y un único rotor magneticamente suspendido que bombea sangre al cuerpo y a los pulmones simultáneamente.
Este anuncio representa una década de dedicación y perseverancia, resaltó Todd Rosengart, profesor y presidente del Departamento de Cirugía del Baylor College of Medicine.
