Los tardígrados, pequeños organismos de ocho patas que miden apenas un milímetro, han captado la atención científica por su apariencia única y, sobre todo, por su capacidad para resistir las condiciones más adversas. Apodados «ositos de agua», estos seres habitan en casi todos los rincones del planeta. Además, han sobrevivido a cinco eventos de extinción masiva, incluido el cataclismo que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años. Su resiliencia radica en su habilidad para entrar en un estado de animación suspendida, lo que les permite mantenerse inactivos en circunstancias extremas.
El enigma resuelto
Un estudio reciente, liderado por Derrick R. J. Kolling y Leslie M. Hicks, ha desvelado uno de los secretos que subyacen a la asombrosa resistencia de los tardígrados. La investigación, publicada en la revista PLOS ONE, ha identificado un «interruptor molecular» que activa la animación suspendida. Este mecanismo se activa a través de un sensor que detecta condiciones ambientales desfavorables.
++ Americana adoptada descubre que es princesa de África Occidental
Cómo se realizó el experimento
Para investigar este fenómeno, los científicos sometieron a los tardígrados a temperaturas congelantes, así como a altos niveles de agua oxigenada, sal o azúcar. En respuesta a estos entornos extremos, las células de los animales produjeron radicales libres. Estos radicales interactuaron con la cisteína, un aminoácido esencial para las proteínas del cuerpo. Además, la oxidación de la cisteína cambia la estructura de las proteínas, enviando una señal al tardígrado para entrar en dormancia. Sin embargo, cuando la cisteína fue bloqueada, los tardígrados no pudieron detectar los radicales libres, lo que impidió que entraran en animación suspendida, confirmando así el rol crucial de la cisteína en este proceso.
++ Con 1 millón de seguidores, conoce la trayectoria de la modelo más alta del mundo
El despertar de los tardígrados
Tan pronto como las condiciones mejoran, la cisteína deja de oxidarse, indicando al organismo que es momento de reactivarse. De este modo, los resultados del estudio destacaron la oxidación de la cisteína como un mecanismo fundamental para la supervivencia de los tardígrados, explicando así su increíble capacidad de resistencia.