Una de las especies marinas más enigmáticas, la ballena picuda de Bahamonde (Mesoplodon traversii), fue hallada muerta en una playa de Nueva Zelanda este mes.
Descrita por primera vez en 1874, esta especie es tan rara que nunca ha sido vista con vida. «Es como el yeti o el pie grande. Un ser enorme que reside en las profundidades del océano y sobre el cual poco se sabe«, reveló Kirsten Young, profesora de ecología en la Universidad de Exeter y especialista en cetáceos.
La ballena picuda de Bahamonde es actualmente uno de los mamíferos marinos menos conocidos. Desde el siglo XIX, solo seis ejemplares han sido documentados en todo el mundo, la mayoría en Nueva Zelanda. El reciente descubrimiento es un hito significativo para la ciencia y la conservación, según Gabe Davies, gerente de operaciones costeras del Departamento de Conservación de Otago.
Los restos, hallados el 4 de julio, medían aproximadamente cinco metros de longitud y fueron localizados cerca de la desembocadura de un río en la provincia de Otago. La identificación fue realizada por expertos del Departamento de Conservación y del Museo Nacional de Nueva Zelanda, Te Papa. Para su preservación y análisis, el cuerpo fue retirado de la playa y almacenado en refrigeración. El ADN del animal fue enviado a la Universidad de Auckland para análisis adicionales.
La rareza de esta ballena sugiere que las discusiones sobre los próximos pasos podrían tomar más tiempo, dada la importancia internacional del caso. «A veces pensamos que conocemos todo sobre la ciencia y los seres que nos rodean, pero en realidad hay mucho por descubrir. Esta ballena rara es un recordatorio de las vastas incógnitas de nuestros océanos«, añadió Young.