En agosto de 2021, el joven irlandés Ruiari McSorley decidió nadar en la costa de Tralee, Irlanda, sin imaginar que viviría una experiencia insólita. Dejó su ropa en la arena y, vestido solo con su bañador, se adentró en las aguas. Después de nadar unos cinco kilómetros, se dio cuenta de que no podría regresar, entrando en un estado de desesperación, temiendo por su vida. De repente, un grupo de delfines apareció, rodeándolo. Estos animales lo ayudaron a mantenerse a flote durante las 12 largas horas que pasó en alta mar.
Mientras tanto, en la playa, las personas comenzaron a preocuparse por su ausencia. Notaron su ropa abandonada en la arena y alertaron a la Guardia Costera.
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Después de una agotadora operación de rescate que duró cerca de 10 horas, los socorristas finalmente hallaron a Ruiari a unos 8 kilómetros de donde había entrado al agua, aún rodeado por los delfines que lo acompañaban. Aunque presentaba signos de hipotermia, estaba consciente y en condiciones relativamente buenas. Ruiari relató su experiencia, revelando su asombro al ver que los delfines se acercaban. Al principio, pensó que eran tiburones, pero estos no lo atacaron. Al contrario, nadaban a su alrededor, brindándole seguridad. Admitió que, de alguna forma, los delfines fueron sus salvadores y calificó la experiencia como algo extraordinario.
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Tras el rescate, los socorristas trasladaron a Ruiari al Hospital Universitario de Kerry. Aunque se sentía en buen estado, mencionó que sus riñones necesitaban atención. En su entrevista, expresó su gratitud hacia el equipo de rescate, compuesto por voluntarios que le brindaron ayuda en un momento crítico.
